#11 Mente ofuscada y corazón roto
Esa “noche” experimenta un cierto abandono de Dios, siente y sufre su silencio en lo interior del alma, como si estuviera en el purgatorio. Tiene una sensación de inmensa soledad porque “criatura de toda la tierra no la hace compañía”, es casi como una muerte del alma. Escribe Santa Teresa de Jesús en su obra Moradas.
La noche oscura del alma se refiere a una fase vital marcada por un sentido de soledad y desolación. La noche es el tiempo del peligro, del miedo y de la pesadilla, del apuro y las penas. Pero la noche es también el ámbito en el que se da el encuentro íntimo.
Sospecho que la noche de la psique y la noche de la fe son experiencias parecidas. Tocar fondo, que el sentido vital se escape de entre los dedos de las manos, no poder reconocer la alegría del vivir.
Nada se puede decir o hacer para cambiar este fenómeno, lo sé porque he estado ahí. No consiste en comprender. No necesitas a alguien que te explique que salir de donde estás es una cuestión de voluntad.
Ante la circunstancia vital adversa, un truco es dejar de reprenderse severamente. Amortiguar la autoexigencia y dar el gran paso a cultivar la serenidad. Alcanzar algo de quietud requiere una sucesión suficiente de días en calma y, a menudo, requerirá un tiempo lejos de algunas personas. Porque el único objetivo imperativo es cuidar de uno mismo, tenerse en consideración. Un concepto que quizás toque desaprender para comprender cómo necesitas cuidar de ti.
Aprender a tenerme en consideración ha sido uno de mis mayores triunfos, con observación y no identificándome con lo que pienso. Sin ningún tipo de exigencia más que acallar el discurso interno. Reducir la crítica y el juicio a su mínima expresión. Coleccionar instantes de alegría, aunque sean muy pequeños. La sonrisa de una persona desconocida, la amabilidad inesperada, la risa sincera de la persona que amas, el sol colándose entre las nubes, el mar.
“La cura para todo es siempre agua salada: el sudor, las lágrimas y el mar.”
— Karen Blixen más conocida por su pseudónimo Isak Dinesen.