#4 Primer obstáculo superado
Un día, gracias a un psicólogo, fui capaz de ponerle un nombre a algo que me llevaba sucediendo toda la vida. Ese algo era un ruido interno, un temor a nada y a todo al mismo tiempo. Siempre achaqué este “ruido” al hecho de haber crecido en una ciudad como Caracas, donde temía el atraco inminente.
Reconozco este ardor en el pecho y se llama ansiedad. Hasta que fui capaz de entender esto nadaba en un mar sin orillas. Recuerdo que me propuse encontrar los interruptores que detonaban esta sensación. Me rio ahora al pensar en cómo pretendí tal cosa, la ansiedad es una vivencia de temor ante algo difuso, vago, inconcreto, indefinido. La nada.
El viaje no fue corto. Me aproximé a la meditación escuchando de bowls tibetanos con auriculares. Puse en negro sobre blanco mis valores y creencias. Creía cosas como: la incertidumbre y la falta de control se combaten planificando. Revisé mi diálogo interno, en el que me encontré con el “no puedo”, “no soy capaz”. Me entregué al GTD (Getting Things Done) que promete librar la cabeza de cosas pendientes e inacabadas que distraen constantemente. Hice deporte, concretamente, me metía en una sala de tortura auditiva a pedalear como una desquiciada. Me distancié de personas.
Después de todo el trabajo, la parte más animal y cruel de mi cerebro seguía despertándome abruptamente a las 4 de la madrugada.
Necesité que la vida me repitiera un mensaje sin parar. Parecía que estaba decidida a no verlo, hasta que después de un ataque de pánico escalando me rendí, acepté que el temor es mi compañero. Entonces entendí que la causa fundamental de mi ansiedad, casi constante, es debida a eones de evolución.
Mientras camino hacia mi propia muerte, con el temor ante un posible evento apocalíptico e irreversible que está por venir, busco la ventana que me permite disfrutar del olor de las flores, de una comida deliciosa, del amor que siento hacia las personas que quiero, del mar, de simplemente ser. Entonces lo consigo, estoy en otro espacio, tengo la quietud y la felicidad dentro de mi.